
Estas memorias se han convertido en el sistema de almacenamiento y transporte personal de datos más utilizado, desplazando en este uso a los tradicionales disquetes, y a los CDs. Se pueden encontrar en el mercado fácilmente memorias de 1, 2, 4, 8 GB o más (esto supone, como mínimo, el equivalente a 915 disquetes). Su gran popularidad le ha supuesto infinidad de denominaciones relacionadas con su pequeño tamaño y las diversas formas de presentación, sin que ninguna haya podido destacar entre todas ellas o las de los embalajes originales en inglés tels como pendrive, flash drive o USB memory. El calificativo USB o el propio contexto permite identificar fácilmente el dispositivo informático al que se refieren.
Los sistemas operativos actuales pueden leer y escribir en las memorias sin más que enchufarlas a un conector USB del equipo encendido, recibiendo la energía de alimentación a través del propio conector. En equipos algo antiguos (como por ejemplo los equipados con Windows 95) se necesita instalar un controlador de dispositivo (driver) proporcionado por el fabricante. Los sistemas MacOS o GNU/Linux también tienen soporte para dispositivos de almacenamiento USB.
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